La estructura de la personalidad de un adulto se desarrolla durante su etapa de la niñez.
En este proceso es que la existencia de límites se hace necesaria para una adecuada moderación del adulto. El niño trabajará arduamente en la compresión de los límites y por sobre todas las cosas los pondrá a prueba Y esta acción es la que más importancia reviste durante esta etapa.
Los límites son el parámetro de hasta dónde puede ir o llegar Y son la herramienta principal para aprender que es lo que sucede cuando atraviesa esa línea.
De manera que es fácil concluir que si no hay límites el niño no podrá hacer este trabajo.
Libertad significa falta de obligación y esto a su vez tiene que ver con la oportunidad de decidir. Para tomar una decisión es necesario tener opciones y elegir una, pero para hacer este proceso debo comprender los posibles resultados o consecuencias de cada opción, proceso que solo puede hacerse a través de la compresión de los límites.
Aunque sea raro para nuestro cerebro es necesario comprender que: Solo se puede vivir en libertad si existen límites.
Las personas que carecen de limites experimentan lo que se llama libertinaje que podríamos resumir diciendo: Hago lo que quiero, cuando quiero y donde quiero. Esta dinámica genera individuos que persiguen el placer como fin último, muchas veces dañándose a sí mismo y a su entorno Desde este lugar la sociabilización se hace cada vez más difícil y la frustración crece cuanto más adulta es la persona.
Por el contrario, aquellos que crecen en libertad conociendo los límites y poniéndolos a prueba, desarrollan capacidades que tienen que ver con lo creativo, puesto que se ven ante la situación de ¿Cómo consigo eso que deseo sin tener que romper este límite cuyas consecuencias me desagradan?
Los límites nos hacen sentir:
- Seguridad
- Independencia
Fortalecen:
- Voluntad
- Creatividad
- Sociabilización
Si crees que estos puntos son componentes de una persona feliz
Es hora de ponerse manos a la obra y profundizar en el tema
Estamos para ayudarte